No monitorearlos correctamente
Es tan importante la definición como el monitoreo posterior, con mucha frecuencia se hace el esfuerzo inicial y no se le da continuidad a la iniciativa. Proponer excelentes OKRs sin definir el esquema de monitoreo, ajuste y seguimiento, puede resultar costoso e inclusive en el fracaso de la iniciativa. Se debe monitorear no solo los resultados cuantificables sino también que los Objetivos sigan siendo válidos o vigentes, acorde a la realidad de la organización. Para esto es recomendable crear una figura o rol que tenga la responsabilidad de empoderar al equipo y facilitar sesiones de monitoreo.
Crear un número exagerado de OKRs Este error es muy común y las organizaciones lo han heredado de la definición de indicadores, de KPI y de cualquier métrica de desempeño. Típicamente queremos medir más de lo que realmente necesitamos y terminamos trabajando para mantener el sistema de OKRs y no aprovechando su valor. Al tener un número elevado de OKRs perdemos un poco la efectividad de las personas, ahora todo es importante, al menos todo lo que medimos, pero cuando todo es importante, al final nada termina siéndolo. Parte del éxito del sistema OKR es la focalización en metas realmente importantes e impactantes; aquellas que nos permitirán estar más cercanos a nuestra Visión y Misión.