Los aspectos más comunes en las Historias de usuario bien escritas derivan en el acrónimo INVEST, acuñado por Bill Wake para referirse a ciertas propiedades que deberían tener una buena historia de usuario. Independiente, Negociable, Valiosa, Estimable, Sucinta o pequeña, Testeable o Comprobable (que se pueda probar), así tenemos que las Historias de usuario deberían:

Ser muy corta, representar funcionalidades o necesidades del modelo de negocio que puedan ser construidas o atendidas en tiempos cortos.
Requerir poco mantenimiento al ser utilizada y construida las funcionalidades asociadas a la Historia.
Para su atención no depende de otras Historias de Usuario, puede ser atendida por el equipo de desarrollo de manera independiente.
Escrita por un cliente o usuario y “entendida” por otros usuarios fácilmente, escrita con el lenguaje y las reglas del negocio.
Tiene criterios de aceptación o una buena “Definition of Done”, esta ayuda a la transparencia y la verificación de su completación.
Puede estimarse fácilmente el esfuerzo para su atención, el equipo de desarrollo puede con precisión acertar el esfuerzo requerido.
Es clara la funcionalidad que agregará al producto completo y puede integrarse sin generar retrabajo o complicaciones, además esa funcionalidad tiene realmente valor para el producto y el negocio.
Poseen un formato o estructura que efectivamente ayuda en la construcción del producto correcto, en la sincronización del binomio Usuario-Desarrollador y como elemento de planificación y coordinación del desarrollo.